Totum revolutum

He tropezado accidentalmente con un concepto llamado “parallax”, que me recuerda algo al de “paramount”, por ser ambos de aire pomposo y traducción imposible. Sí, imposible: que no venga ahora nadie a decir que está clarísimo, porque no lo está.

En materia de suplantación, de hacerse pasar por quien uno no es, nada como aquel día en que alguien tuvo que disfrazarse ¡de realizador!

Está claro que Bernini, como Donatello en su tiempo o Rodin mucho después, tenía un estudio. Todos tenían un estudio para trabajar, al estar prohibido en esos días y en cualquier otro tiempo esculpir en la calle.

Están los autores originales, y después los ratones de biblioteca, que van leyendo, haciendo acopio… y al fin haciendo suyo lo ajeno. Como los chorizos corrientes, pero en ilustrado y con gafas. Como los malos profesores (los de antes y los de ahora)...